Arte de proceso II: ¿cómo acompañarlo? ¿cómo crear una invitación de arte?

En el post anterior veíamos qué era el arte de proceso y por qué representaba una una nueva mirada sobre la creatividad artística infantil. En este nuevo post, hablaremos sobre cómo acompañarlo y os daremos una idea para provocarlo.

¿Cómo acompañar a los niños en el arte?

Nuestro papel como adultos acompañantes de un proceso creativo y el lenguaje que usamos, es muy importante y marca la diferencia en cómo los niños sienten el arte. Lo que queremos es construir conexiones, confianza y empatía. Respetar sus tiempos y sus procesos desde un lugar de paz, les proporcionará una experiencia hermosa. Si te estresa que manchen o se manchen, usa ropa que se pueda manchar o delantales, prepara tu espacio forrando las mesas (o usando un mantel de plástico) y explícales las normas y donde pueden crear libremente. Empieza por algo sencillo con lo que te sientas a gusto.

Nuestras preguntas y frases a la hora de hablar con nuestros hijos sobre su arte son esenciales en cómo vivirán estas experiencias. Muchas veces se les pregunta: “¿Qué has hecho/dibujado?” pero no hay que asumir que hayan querido crear algo en concreto, ya que el arte representacional puede no haber llegado todavía (o que en ese caso no fuera nada concreto) y esto añadiría presión de tener que dibujar algo concreto antes de que estén listos. A los niños no siempre les resulta fácil hablar de sus creaciones, especialmente si son abstractas. A veces incluso pueden inventarse una respuesta para satisfacer el deseo del adulto de que ese dibujo represente algo. Pero lo cierto es que los trazos de líneas y puntos son igualmente importantes. Para acompañar a los niños desde otro lugar, se le podría preguntar: ¿Te gustaría contarme sobre tu dibujo/creación? Puede entonces que te cuenten lo que han sentido o creado o puede ser que no y continúen creando.

 Las frases tipo “buen trabajo” o “qué bonito” son muy comunes pero realmente no aportan nada, al ser muy superficiales. Además, a fuerza de repetirlas mucho, lo único que conseguiremos es perder credibilidad y al mismo tiempo ponemos el foco en el resultado final y no en el proceso. Estas frases están tan integradas en nuestra sociedad, que a veces cuesta darse cuenta de su uso extendido. Entre los 2 y los 5 años, realmente no importa a lo que se parecen las cosas, sino cómo se siente el niño al crearlas. Es importante que los niños puedan crear por sí mismos y no para agradar a los adultos.

Una alternativa sería describir lo que ves de forma objetiva: “veo que has dibujado una líneas rojas” o “veo que estás disfrutando mucho aplastando la arcilla con el rodillo” o valorar el esfuerzo en lugar del resultado final. Comentar sobre lo que ves es algo mucho más constructivo porque se valora el proceso y los niños se dan cuenta de que eres consciente de lo que están haciendo. También les da herramientas y vocabulario para que ellos puedan expresar lo que están haciendo o creando. Es natural que de vez en cuando se escape algún “qué bonito”, pero intento tomar consciencia de ellos y centrarme en el proceso. Nuestro objetivo es fomentar el pensamiento creativo, que puedan expresar sus sueños, abrazar sus diferencias y que nunca pierdan el contacto con su artista interior.

¿Cómo crear una invitación de arte?

Materiales

●     Cartón

●     Témperas naturales de alta calidad (muy cubrientes) o pintura para dedos si los niños son muy pequeños

●     Botes de témpera natural con aplicador circular

●     Partes sueltas: trozos de telas, trozos de papeles de distintas texturas y colores, palitos de colores, botones, ojos, lentejuelas, trozos de pajitas, cuentas, plumas, etc. (no hace falta ponerlo todo, selecciona unos pocos que tengas por casa).

●     Pinceles para pintar

●     Pinceles para pegamento

●     Cola blanca (se puede presentar en un bote de cristal y aplicarlo con pincel, o bien en un bote de salsa con boquilla, que se puede apretar fácilmente y que a los niños les encanta) o si los preferís pegamento natural.

 Os propongo una actividad de arte de proceso sencilla, en dos partes (también podrías usar una de las dos partes únicamente). En una primera parte, los niños tendrán pintura a su disposición y el cartón con la forma que hayamos escogido. En una segunda fase añadiremos partes sueltas y cola blanca.

Prepara tu espacio. Puedes cubrir la mesa con periódicos o papel de embalar si no quieres limpiarla después. Deja todo preparado antes de proponer la invitación, el factor sorpresa también es parte de la experiencia. Prepara un bote con agua cerca para meter los pinceles usados y que no se seque la pintura o la cola.

Corta un trozo de cartón con la forma de algo que a tus hijos les guste mucho. Puede ser un trozo de cartón en forma de helado, de donut, de muñeco, animal, o de lo que tú quieras. Algo sencillo y de buen tamaño. A los niños les encanta pintar sobre objetos grandes (y además es genial para la motricidad gruesa y el movimiento amplio de los brazos).

 Prepara unos botes con témperas de colores diferentes. Las témperas naturales de alta calidad son altamente cubrientes y son perfectas para pintar sobre cartón ya que con una sola pasada queda precioso. Yo uso los botes de especias de IKEA como recipientes para la pintura, así la pintura que no se gaste se puede guardar para la vez siguiente simplemente cerrando el bote. Normalmente añado un pincel por bote, para evitar que se mezclen mucho los colores (especialmente con niños muy pequeños). También se les puede ofrecer los botes de témpera con aplique, que realizan círculos y a los niños les encanta usarlos para decorar sus creaciones.

 Una vez han acabado de pintar, les presentamos unos botes de salsa llenos de cola, fáciles de apretar o un bote de cristal con cola blanca y un pincel. Por otro lado ponemos una bandeja de aperitivos llena de objetos como cuentas, pompones, plumas, trozos de pajitas, palitos, ojos, lentejuelas, botones, etc. Elementos que podrán pegar en sus composiciones tal y como ellos quieran.

A los niños muy pequeños les encanta apretar la cola y poner mucha cola. Esto es parte del proceso. Déjales experimentar qué pasa si ponen mucha o poca cola, déjales que ellos mismos se den cuenta de las cosas experimentando. Puedes limitar la cantidad de cola que pueden poner poniendo poca cola en el bote de apretar y rellenándolo cuando haga falta.

Observa el proceso creativo del niño, no lo interrumpas, no sugieras ni dirijas. Es su proceso interno el que estás observando y lo que él necesita expresar. Déjalo crear libremente y maravíllate en silencio de lo que se inventa sin intervención externa. Vuestra forma de ver y disfrutar del arte cambiará para siempre.

Si os ha fascinado sobre el "Arte de proceso" y queréis investigar más también os dejamos un enlace a un taller on line súper interesante: Taller de Juegos de arte.

Si quieres saber más sobre arte de proceso, te recomendamos la formación El arte de proceso en la escuela y en casa. 

Sylvia Rueda es asesora pedagógica, atelierista y doctora en ingeniería biomédica. Formada en educación viva, disciplina positiva, mindfulness para niños y pedagogía del arte. Su misión consiste en provocar un cambio de mirada hacia la infancia, especialmente en el ámbito del arte, para despertar la conciencia artística de adultos/as y niños/as. Realiza talleres de arte de proceso, inmersivo y textil en escuelas, centros de formación artística y museos. Asesora y colabora con museos, para acercar el arte a niños y niñas de una forma vivencial y a través del juego. Imparte formaciones a maestros/as, educadores y padres/madres sobre arte, homeschooling y educación viva.  

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@sylviarueda