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Reggio Emilia, una mirada diferente
Publicado :
21/07/2021 16:34:59
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Aprendizaje y pedagogia
La pedagogía de Reggio Emilia es una filosofía educativa que promueve el respeto a la infancia y el papel protagonista de la niña en el proceso de aprendizaje.
También es conocida como la pedagogía del asombro, ya que las niñas y los niños aprenden a través de hechos reales, mediante la experimentación y el descubrimiento.
Cada niño es una persona singular, se relaciona de diferente manera y tiene distintas habilidades. Por ello, en el proceso educativo, los educadores tan sólo deben observar y descubrir de qué maneras ellas y ellos participan, proceden y eligen. El adulto es sólo un acompañante del proceso educativo, no un impositor.
"La educación debe liberar la energía y las capacidades de la infancia, así como promover el desarrollo armónico de los niños en todas las áreas: la comunicativa, social, afectiva, y un pensamiento crítico y científico". Bruno Ciari |
¿Cómo surgió esta pedagogía?
La pedagogía Reggio Emilia surgió en esta región del norte de Italia, alrededor de 1945.
Después de la Segunda Guerra Mundial, muchas mujeres quedaron viudas con hijos pequeños a cargo. Para sobrevivir, tuvieron que empezar a trabajar fuera de casa, pero debían conseguir un lugar seguro en el que dejar a sus hijos mientras trabajaban. Italia, y gran parte de Europa, estaban sumidas en un caos económico y político, con mucha necesidad y apenas recursos.
Afortunadamente, los habitantes de Reggio Emilia decidieron que serían ellos mismos quienes crearían un espacio seguro para sus pequeños, sin depender de gobiernos ni instituciones. Así, el pueblo se unió y, con los pocos recursos disponibles, las familias empezaron a construir una escuela en la que sus hijos pudiesen refugiarse del caos en el que vivían, desarrollarse y aprender.
Loris Malaguzzi, docente y pedagogo, conoció este increíble proyecto creado por el pueblo para el pueblo, y decidió involucrarse al máximo. Así, entre todos y todas, empezaron a darle forma a esta nueva corriente educativa, y poquito a poco fueron asentando las bases y desarrollando lo que hoy en día conocemos como la pedagogía Reggio Emilia.
Las escuelas Reggio Emilia rompieron con el sistema educativo establecido en Italia. Hasta el momento, la educación estaba gestionada por la Iglesia católica, por lo que se inculcaban unos valores concretos y definidos sin posibilidad de cambio. Pero con la creación de las escuelas de Reggio Emilia, nacieron las primeras escuelas autogestionadas a cargo de docentes y colaborando con las familias, lo cual supuso una revolución en el mundo de la educación y la pedagogía.
Esta corriente educativa surge de la cooperación, de la solidaridad, del trabajo en equipo. Sus valores y sus principios han seguido vigentes hasta el día de hoy.
¿En qué consiste la pedagogía de Reggio Emilia?
"La ecuación es simple: si los niños tienen verdaderos derechos, entonces deben tener las oportunidades para desarrollar sus inteligencias y poder estar listos para el éxito". Loris Malaguzzi |
La filosofía reggiana se basa en conseguir que las niñas y los niños puedan tener la oportunidad de desarrollarse adecuadamente, para convertirse en adultos libres, críticos y decididos.
Para ello, las escuelas de Reggio Emilia tienen muy claro que:
- Como personas autónomas, flexibles, activas y creativas, los niños son los protagonistas de su proceso de aprendizaje.
- Los niños y las niñas aprenden lo que experimentan. La pedagogía del asombro es imprescindible.
- El diseño del espacio es fundamental, ya que cada rincón tiene su propósito, y funciona como un tercer maestro en el proceso de aprendizaje del niño o la niña.
- El adulto no impone el recorrido de aprendizaje, sino que colabora y acompaña a las niñas y los niños en la exploración de diferentes temas y en la construcción de su propio aprendizaje.
- El aprendizaje no sólo depende de la escuela, sino que es vital que las familias también participen, para que el proceso educativo sea transversal y a tiempo completo.
- Es imprescindible la relación interpersonal para aprender de las interacciones con los otros.
- La pedagogía de la escucha y la documentación permite conocer la evolución del aprendizaje del niño o la niña, ser conscientes de los intereses y las necesidades de cada persona y conocerlos en profundidad para hacer un mejor acompañamiento.
- El proceso educativo implica un compromiso social y comunitario. Ser el cambio que queremos ver en el mundo conlleva asentar una base educativa acorde con los valores y principios que pueden impulsar esta transformación.
Reggio Emilia: La pedagogía del asombro
Reggio Emilia fue acuñada como la pedagogía del asombro debido a que considera que los niños y las niñas aprenden lo que experimentan y que, por ello, sin asombro y sin diversión no hay aprendizaje posible.
Y es que el asombro es un mecanismo mediante el que los niños aprenden, y les despierta las ganas de descubrir.
La rutina no es mala en sí, pero si no tiene un sentido, consigue que el niño o la niña actúen de forma mecánica, sin interiorizar lo que hace y aprende.
Desde pequeños, los niños nacen con asombro, con deseo de conocer el misterio. ¿Por qué? Porque ven aquello que no conocen como una oportunidad para descubrir y vivir experiencias infinitas. Para ello es importante que el adulto acompañe este proceso.
"Para que se pueda preservar el sentido del asombro innato que tiene un niño, necesita la compañía de por lo menos un adulto que lo comparte, y con quien puede redescubrir la alegría, la ilusión y el misterio del mundo en el que vivimos". Carson |
Es cierto que a los adultos nos puede dar pereza este deseo de descubrir, ya que racionalizamos todo. Pero para profundizar en la pedagogía de Reggio Emilia y poder acompañar a la niña en ese proceso, es importante que el adulto cambie la concepción de la realidad y redescubra su necesidad de curiosidad y asombro.
"Se recuerda lo que se siente, y es eso lo que se convierte en experiencia". David Brierly |
En definitiva, la clave es fomentar esta fascinación por lo desconocido a través del arte, el juego, la naturaleza… Y no permitir que el aprendizaje del niño o la niña se hunda en la rutina cotidiana.
Reggio Emilia y el arte
El arte es una vertiente educativa esencial para la pedagogía de Reggio Emilia. Y es que es muy importante fomentar en los niños y las niñas diferentes formas de expresiones artísticas, y conseguir ver lo cotidiano desde otros puntos de vista, para tener una visión más amplia y enriquecedora.
Es por ello que la filosofía reggiana cuenta con los talleres Atelier, un espacio en el que las niñas y los niños pueden experimentar con estas diferentes maneras de expresarse. ¿Cómo? Con el soporte de un acompañante con conocimientos artísticos, podrán pintar, moldear barro, jugar con la luz, hacer fotografías… Podrán descubrir el arte y encontrar qué proceso artístico encaja más con su persona y sus necesidades, para seguir ese camino y hacerlo fluir.
La finalidad de estos talleres no es encontrar la belleza, sino profundizar en el proceso de aprendizaje en el que se encuentran inmersos las niñas y los niños, y conectar la parte racional con el mundo imaginativo.
Reggio Emilia y la luz
La pedagogía de Reggio Emilia estimula la experimentación, la manipulación y la transformación. Es por ello por lo que la luz es un recurso maravilloso para alimentar la curiosidad de los niños, porque se considera un material con el que las niñas y los niños pueden crear nuevos lenguajes, y construir un espacio inmersivo donde explorar libremente.
Experimentar con la luz del sol, descubrir nuevas formas y colores en la mesa de luz, ver cómo brillan las cosas fluorescentes gracias a la luz negra… La luz es un elemento mágico con el que los niños y las niñas se asombran y quedan maravillados.
La educación mediante el recurso de la luz hará que el aprendizaje se convierta en una experiencia divertida y única.
Reggio Emilia y el juego
La pedagogía de Reggio Emilia es partidaria de que el juego libre es una de las herramientas de aprendizaje más potentes para todas las personas, especialmente durante los primeros años de vida.
Por eso, es muy importante conocer y elegir los materiales adecuados en función de la edad y las necesidades de cada niña o niño. No hay que olvidar que el niño es el protagonista del juego, y que los juguetes que podamos facilitarle han de ser un complemento más, no el centro de la actividad. Estos juguetes, cuanto menos tecnológicos sean, mucho mejor.
"No es el juego el que tiene que funcionar, sino que es el niño el que se tiene que poner en marcha a través del juego." L’Ecuyer |
Gracias al juego libre, se expresan sin directrices, desarrollando su imaginación y creatividad. Como hemos dicho, el niño es el protagonista, y el adulto tan sólo observa y acompaña.
Reggio Emilia y la naturaleza
En la pedagogía de Reggio Emilia es imprescindible que el interior y el exterior se entrelacen, para conseguir que el espacio de juego y aprendizaje de la niña le permita sentir qué sucede en el entorno natural que le rodea, e integrarlo en su ambiente vital.
Un espacio adaptado invita al niño a experimentar los cambios de clima, las variantes de la luz, el movimiento de las plantas, el fluir del viento… Y es que la filosofía de Reggio Emilia propone que los elementos de la naturaleza sean una parte esencial del contexto en el que se desarrolla y crece la persona.
El entorno natural es un espacio ideal para experimentar y conocer el mundo, que despierta una curiosidad innata por el mundo que les rodea.
Pero no hace falta irse a la montaña para poder disfrutar de la sensación que provocan estos maravillosos elementos naturales. Cualquier espacio exterior es un buen lugar para aplicar la pedagogía Reggio Emilia. Por ejemplo, podemos colocar espejos alrededor de elementos naturales para descubrir las formas y sus sombras, y jugar con las perspectivas.
El orden y la belleza son fundamentales en este método educativo, por lo que es importante organizar los materiales de manera que inviten a jugar, experimentar y crear. Un recurso ideal para ello son las Tinker Trays. Son unas bandejas de clasificación para que el niño o la niña coloque y distribuya los elementos a su gusto y juegue con ellos: pintar, ordenar, apilar… Hay un montón de opciones.
Como educadores, tan sólo tenemos que ayudar a proporcionar el material y dedicarnos a observar el proceso de descubrimiento y asombro. La magia del niño hará el resto.
Reggio Emilia: el aprendizaje a través del asombro
En definitiva, la pedagogía de Reggio Emilia es bien definida como la pedagogía del asombro. Gracias a la experimentación y el descubrimiento, las niñas y los niños aprenden a través de hechos reales. Interactúan con elementos naturales del mundo que les rodea, y esa capacidad de asombro que les despierta este método es lo que hace que el aprendizaje sea significativo e integrado al máximo.
Mediante la expresión a través del arte, el juego libre, la experimentación con la luz y el contacto con la naturaleza, siguiendo los principios de Reggio Emilia, podremos conseguir hacer de estas personitas unos series libres, críticos y decididos.
Es importante recordar que cada niño es diferente, por lo que el proceso de aprendizaje también lo será. Nosotras, como educadoras, madres o padres, tan sólo debemos observar y descubrir cómo se van desarrollando. Tan sólo somos un soporte, porque el verdadero protagonista de este proceso es el niño o la niña.
"Es nuestra labor ayudar a los niños a comunicarse con el mundo usando todo su potencial, sus fuerzas y lenguajes, y superar cualquier obstáculo presentado por nuestra cultura". Loris Malaguzzi |
"El niño tiene cien lenguajes, cien manos, cien pensamientos, cien formas de pensar, de jugar y de hablar, cien formas de escuchar, de sorprender, de amar, cien alegrías para cantar y entender" Loris Malaguzzi |
Los métodos educativos convencionales tan sólo siguen una de estas cien maneras y dejan de lado todas las demás.
Debemos recuperar las otras 99 formas de expresarse de cada niño o niña. Y desde Jugaia, creemos que poquito a poco lo estamos consiguiendo :)