Juegos para aprender a leer y a escribir
Juegos para aprender a leer y a escribir
La adquisición de la lectoescritura es uno de los aprendizajes más importantes de nuestra vida. Saber leer y escribir es el motor para el desarrollo del pensamiento y de la inteligencia. Emprender ese camino de la mano de juegos para aprender a leer y escribir lo hace más ameno y divertido.
Novedad
Moldes de letras minúsculas
Moldes de plástico de letras minúsculas
De 3 a 9 años
ABC rápido
Para ampliar y asentar tu vocabulario ;)
De 5 a 10 años
Buddha Board
Dibujos efímeros ¡con agua y pincel!
De 5 a 99 años
Letras de lija minúsculas imprenta
Para aprender las minúsculas de forma sensorial
De 3 a 8 años
Aprender a escribir
¡Practica el abecedario!
De 3 a 6 años
Mi primer Bananagrams
¡Juega con las letras! :D
De 4 a 99 años
Maletín de letras en cursiva
¡Iniciarse...
De 3 a 8 años
Abecedario reversible con ç
Panel de grafomotricidad
De 3 a 10 años
Abecedario móvil en mayúscula Montessori
27 letras de madera para formar palabras.
De 4 a 8 años
Letras de lija minúsculas Montessori en caja
Para aprender las letras de forma sensorial.
De 3 a 8 años
Letras de lija mayúsculas Montessori en caja
Para aprender las letras tocándolas.
De 3 a 8 años
Letras de silicona para trazar
Flexibles y con muchas posibilidades...
De 3 a 7 años
Plantillas abecedario en minúscula
Plantillas con letras minúsculas y translúcidas
De 3 a 8 años
Plantillas abecedario en mayúscula
Para jugar con la luz y las letras
De 3 a 10 años
Puzzle encajable alfabeto mayúsculas
Letras mayúsculas multicolor de madera
De 3 a 6 años
Letras de colores de metacrilato
Translúcidas, coloridas y resistentes.
De 2 a 7 años
Vocales grandes para trazar
Con los trazos marcados para la preescritura...
De 3 a 8 años
Números grandes para trazar
Con los trazos marcados para la preescritura...
De 3 a 8 años
Sellos de letras minúsculas
Un alfabeto completo para estampar...
De 3 a 8 años
Alfabeto Magnético
Letra a letra…
De 3 a 8 años
Sellos de letras mayúsculas
Un alfabeto completo para estampar...
De 3 a 8 años
Números y letras magnéticas decoradas
¡Son letras y números…. pero están decorados e imantados!
De 3 a 8 años
Letras mayúsculas de metacrilato
Mayúsculas, translúcidas y de colores.
De 3 a 7 años
Números grandes de silicona
Flexibles y con muchas posibilidades...
De 3 a 7 años
Letra a Letra
¡Palabras escondidas!
De 10 a 99 años
Bananagrams
Si pelas este plátano.. aprenderás palabras.
De 7 a 99 años
Pizarra natural individual
Un trozo de corteza hecho pizarra.
De 3 a 8 años
Libro pizarra submarinos
¡Pintemos con tizas en cualquier lugar!
De 3 a 6 años
Pizarra de luz mágica Pintafluo A4
¡Pizarra mágica para pintar con luz!
De 3 a 12 años
Pizarra de luz mágica Pintafluo A3
¡Pizarra mágica para pintar con luz!
De 3 a 12 años
Pizarra para exterior
Una gran pizarra de madera para pintar al aire libre.
De 2 a 7 años
Pizarra magnética fondo negro
Pizarra de 30 x 30 cm.
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¿Por qué los juegos son buenos para aprender a leer y escribir?
La adquisición de la lectoescritura es uno de los aprendizajes más importantes de nuestra vida. Observemos que aprender a leer y a escribir es el motor para el desarrollo del pensamiento y de la inteligencia. Por tanto, adentrarnos en él a través del juego, con entusiasmo y pasión, es uno de los mejores regalos que podemos hacerles a nuestros hijos e hijas, alumnos y alumnas.
Y es que como escribe Francisco Mora –doctor en Medicina y Neurociencias, y catedrático de Fisiología Humana, autor del manual Neuroeducación– "solo se puede aprender aquello que se ama". Así, los juegos se presentan como una excelente herramienta para aprender a leer y a escribir.
Pensemos que el lenguaje es uno de los principales periodos sensitivos que atraviesan nuestras pequeñas y pequeños, y los primeros años de vida son fundamentales para su adquisición. Un concepto (el de los periodos sensitivos) que tiene su origen en la Pedagogía Montessori, y que Maria Montessori describió como ventanas de aprendizaje, a través de las cuales los niños aprenden de manera natural, con entusiasmo, alegría y sin fatigarse.
Un concepto sobre el que profundizamos además en nuestro blog. Entonces, la prestigiosa pedagoga italiana recurrió a la Biología, y en concreto, al análisis del comportamiento de algunos insectos observando por ejemplo el crecimiento de las orugas, las cuales en un momento determinado de su vida presentan una sensibilidad especial hacia la luz del sol, lo que les obliga a alimentarse exclusivamente de brotes verdes. Transcurrido ese periodo, las orugas pierden esa sensibilidad y comienzan a alimentarse de manera diferente.
Si observamos ahora el desarrollo del ser humano, encontramos que los bebés manifiestan un gran interés por observar la boca de la persona que les habla, y más adelante por conocer palabras, escuchar la misma historia, o tararear la misma canción. Son pequeños tesoros que a nuestras hijas e hijos les encanta coleccionar.
Y sabemos que las niñas y niños que han estado expuestos a muchísimo vocabulario en sus primeros años, lo retienen y lo pueden utilizar fácilmente después. Transcurridos los dos primeros años de absorción, en el que casi han permanecido en “silencio”, ahora serán capaces de comunicarse reproduciendo con exactitud tanto los sonidos como la gramática y la sintaxis del idioma que han escuchado. Será entonces cuando se suceda la explosión del lenguaje y se iniciarán en el apasionante proceso de la lectoescritura, la habilidad de la que solo disfruta el ser humano y ¡Qué mejor que recurrir al juego para sellar el aprendizaje!
Consejos para enseñar a leer y a escribir a través del juego
A lo largo de la crianza, son muchas las competencias que debemos entrenar y adquirir para sensibilizarnos y comprender la riqueza que existe en cada niño y cada niña, y cómo acompañarle en su desarrollo para permitirle crecer sano y feliz.
A menudo nos encontramos confundidos sobre el camino a seguir; y los consejos, a veces, acrecientan nuestra inseguridad. La tendencia actual es la de ir cada vez más rápido: estimular, acelerar, saltar y/o adelantar etapas, considerando que el niño es una máquina “vacía”, que se llena gracias a las propuestas del adulto, olvidando que es un ser humano independiente con sus propios gustos y preferencias.
No hay una fórmula exacta para enseñar a leer y a escribir a través del juego a nuestros pequeños, pues afortunadamente las mismas reglas no son aplicables a todos; las respuestas por tanto no pueden ser definitivas. Para sintonizar con nuestros pequeños y responder a sus necesidades, nos servirán como guía la intuición, la observación, la empatía, la escucha activa y por supuesto, ¡la diversión!
Debemos partir de la premisa de que cada uno de nosotros es único. Así entenderemos, que incluso entre hermanos, los niños no tendrán los mismos gustos ni intereses, tampoco las mismas reacciones a los estímulos del ambiente; y es que cada ser humano percibe de manera diferente la luz, los olores, los sonidos, la temperatura, el contacto físico…
Aprender a conocer cómo percibe nuestro hijo el mundo es tarea básica para poder relacionarnos con él. A la hora de escoger y presentar los materiales y herramientas de juego en este caso para aprender a leer y a escribir, como a menudo insistimos, la edad no es de por sí un indicador seguro. Es recomendable prestar atención a los estados emocionales, afectivos, motrices, sensoriales y verbales del niño e intentar responder a ellos adecuadamente. La observación constante nos permitirá identificar cuándo llega el momento en el que está preparado para afrontar una nueva etapa.
Ahora, una vez hemos identificado cuáles son las preferencias de nuestras pequeñas, y pequeños, podremos acompañarlo en su aprendizaje. "Ayúdame a hacerlo solo" es la frase más famosa de Maria Montessori. El placer de hacer solo es el motor para su desarrollo y nos proporciona la herramienta base para acompañarle con paciencia, y sin obligarle.
¿A qué edad podemos empezar a enseñar a leer y a escribir a través del juego?
Cuando nos adentramos en el apasionante mundo de la lectoescritura, más que diferenciar por edad los juegos para aprender a leer y a escribir (pues la mayoría se presentan con variantes y nivel de dificultad), es preferible que lo hagamos por etapas como las que distinguimos a continuación:
Comenzaremos con la etapa fonológica alrededor de los tres años (no perdamos nunca de vista que cada niño es único y debemos adaptar los juegos y actividades a su etapa evolutiva). A partir de ahora, podemos comenzar con las primeras actividades de concienciación fonológica y distinguir así los diferentes sonidos del idioma que han adquirido. En esta etapa no presentaremos los nombres de las letras, solo su sonido como por ejemplo "mmm" o "fff" en lugar de "eme" o "efe".
A continuación podremos acompañar el aprendizaje con por ejemplo las letras de lija Montessori, para enriquecer la experiencia sensorial, y algún objeto de la vida real que comience con esa letra como "mmmesa" o "ffflauta". Las letras de lija es un material que permite al niño interiorizar la forma de las letras con el sentido del tacto a través de la yema de sus deditos -al tiempo que intervienen la vista y el oído- repasando el relieve rugoso de cada una de las letras. Se trata, como en otras áreas de trabajo de la Pedagogía Montessori, de un aprendizaje sensorial a través del cual el niño toca, siente, experimenta y conquista su aprendizaje. Esto hace que de manera muy fácil nos adentremos en la etapa pre-silábica, y podamos introducir las letras con un sonido concreto, ayudando de esta manera a que el niño comience a familiarizarse con los sonidos y grafías.
Podemos por ejemplo recurrir para esta etapa a sellos de letras, puzles de madera, pizarras… Hay muchas y muy variadas posibilidades, incluso para las cajas o mesas de luz.
Cuando conseguimos que comience a relacionar sonidos y letras, el siguiente paso es que poco a poco vaya familiarizándose con la escritura y reproduzca las diferentes letras. Para ello podemos acompañar el aprendizaje con un abecedario como por ejemplo el alfabeto magnético y proponerle distintos juegos para escribir. El adulto a cargo del cuidado del pequeño, siempre con una actitud de apertura, aceptación y empatía, es importante que en esta etapa no corrija; nuestra labor será la de acompañar pronunciando los sonidos de las letras que en este caso vamos incorporando al alfabeto y facilitar que el niño se sienta libre de reproducirlas en un papel, pizarra o bandeja sensorial. Lo más importante es asegurar la diversión para sellar el aprendizaje. Las tablas de grafomotricidad son un excelente recurso para acompañar esta etapa.
Ahora que nuestro pequeño ya está preparado para iniciarse en la escritura, podemos proponerle escribir su nombre, además del de mamá, o papá y acompañarle en el camino hasta lograr conquistar la etapa silábica, una etapa en la que niñas y niños comienzan a entender la formación de palabras mediante sílabas o golpes de voz. Y ahora es cuando se sucede la magia, pues comenzamos a observar cómo comienzan a “leer” los sonidos de las letras.
Ejemplos de juegos para leer y escribir para niños de 5 años.
Los niños empiezan muy pronto el aprendizaje del lenguaje, mucho antes de saber hablar; y sabemos que el niño que ha escuchado y aprendido muchísimo vocabulario en sus primeros años de vida, lo retiene y lo puede utilizar fácilmente después. A más variedad, más se desarrollará su curiosidad.
Por eso es súper importante que les propongamos actividades divertidas para aprender a leer y a escribir. En este sencillo, uno de los juegos que más nos gustan es primeras palabras Montessori. Maria Montessori construyó un material pedagógico para desarrollar el pensamiento lógico, y que recurre a la clasificación como herramienta que permite al niño organizar mejor la información y sus propios pensamientos.
A través de este juego que prepara al niño para leer, a través de tarjetas clasificadas y tarjetas de nomenclatura (zoología y botánica la inmensa mayoría), estas ayudan al niño a adquirir un vocabulario preciso, categorizar las cosas y conectarlas con la realidad.
En la caja encontramos cinco series de imágenes clasificadas: animales del bosque, pájaros, insectos, flores y frutas. Y cada serie se compone de tres tipos de tarjetas: las tarjetas sin información (solo con una imagen); las tarjetas de lectura (el nombre escrito) y las tarjetas con información (con una imagen y un nombre), que le sirven al niño para corregirse así mismo. Este material, que parece simple, es súper completo pues se puede utilizar para el vocabulario y la clasificación, la lectura, y la escritura, y como herramienta de transmisión de la cultura. Para presentarlo, podemos recurrir a la lección de los tres tiempos que desarrollamos en nuestro blog y que sirve para ir jugando con las diferentes categorías.
Luego, a través de los álbumes ilustrados y con un poquito de imaginación y creatividad ¡podemos ofrecerles a nuestros pequeños interesantísimas propuestas para divertirse aprendiendo a escribir! Por ejemplo con el gran libro de los bichos, y el kit de insectos, elaborar un abecedario en plastilina para cada miniatura. Con la diversión como ingrediente fundamental del tiempo compartido en familia, las opciones de juego se tornan infinitas.