¿Cómo son los juguetes Montessori para bebés?

Durante los tres primeros años de vida, percibimos el mundo que nos rodea a través de los sentidos y con todo nuestro cuerpo. Así pues, los materiales que debemos escoger para nuestros bebés tienen que ser cuanto más naturales, y cálidos mejor. Eso sí, es una visión aceptada por la pedagogía Montessori, así como por otras tantas, que durante los tres primeros meses de vida, nuestro bebé no necesita nada más allá que el contacto piel con piel con su figura de apego. Su cuerpo será su juguete principal y más valioso pues, si nos detenemos a observar, contemplaremos la magia que se sucede al descubrir su puño, sus dedos, luego cómo se llevará los pies a la boca... ¡El bebé no necesita nada más!

¿Cómo elegir un juguete material Montessori para bebés o niños pequeños?

A riesgo de hacernos pesados, repetimos que no existe una edad concreta para cada material o juguete Montessori. Lo realmente importante estar atentos al estado de la niña o el niño desde el punto de vista emocional, motriz (como se mueve), sensorial e incluso verbal. El momento en el que se encuentre la niña o el niño nos marcará el material a presentar.

Para hacer esto necesitamos tiempo y observación y así lograr identificar el momento en el que los pequeños están preparados y dispuestos a afrontar una nueva etapa. Debemos partir de la premisa de que cada uno de nosotros es único. De este modo entenderemos, que incluso entre hermanos, los niños no tendrán los mismos gustos ni intereses, tampoco las mismas reacciones a los estímulos del ambiente; y es que cada uno de nosotros percibe de manera diferente la luz, los sonidos, los olores, la temperatura...

El juego con Materiales Montessori con 1 año

Desde el momento en el que el bebé es capaz de sentarse, alrededor de los seis meses de edad, existen excelentes herramientas y materiales para fomentar el juego y el aprendizaje de nuestros pequeños. Durante los primeros meses de vida el cerebro del niño crece muy deprisa gracias al flujo incesante de información que le llega a través de los cinco sentidos. La coordinación de los ojos, las manos y la boca evoluciona a gran velocidad, al mismo tiempo que adquiere mayor autonomía con todo su cuerpo. Ahora que el bebé es capaz de recibir información, relacionarla y hacer uso de ella, necesita por tanto objetos que despierten su interés y estimulen sus sentidos. Dos son los aspectos a tener en cuenta a la hora de escoger juguetes Montessori para bebés de 12 meses: En primer lugar, intentaremos que estén elaborados a partir de materiales naturales para enriquecer la experiencia sensorial.

El juego con Materiales Montessori con 2 años

Ahora que el bebé es capaz de desplazarse de manera completamente autónoma, es importante adecuar el ambiente preparado a los nuevos intereses del pequeño, así como escoger materiales Montessori, juguetes y herramientas de juego para las diferentes áreas de trabajo.  

Por ejemplo, en el caso del área del lenguaje, niñas y niños de 2 años, comienzan a repetir nuevas palabras con frecuencia, pueden interesarse cada vez más porque les leamos cuentos sencillos, y para enriquecer su vocabulario podemos trabajar en la descripción de escenas. Incorporar juegos de rutinas en esta etapa de los 2 años es ideal. Ahora -además- podremos estimular la escucha para que sigan instrucciones sencillas al participar en juegos como por ejemplo "lanza la pelota". Y para invitarle a participar de más conversaciones, una herramienta fascinante es hacerles preguntas para no solo estimular el habla y el lenguaje, sino también, el pensamiento. 

En el caso del área de vida práctica, a partir de los -aunque insistimos en la importancia de la observación y respetar la etapa evolutiva de niñas y niños- podremos comenzar a trabajar de la mano para que comience a lavarse los dientes (con supervisión). Hacer de este momento del día un juego es una gran experiencia para toda la familia. También sonarse la nariz (con delicadeza), llevar la ropa sucia al cesto de la colada, ponerse por sí mismos los zapatos (con velcro), iniciarse en la costura con la actividad de enhebrar... En la cocina, nuestra gran escuela, podrá comenzar a cortar frutas, quesos, huevos... ¡Preparar una ensalada! Lavar, untar, y poco a poco y con una actitud de apertura, aceptación y empatía por nuestra parte, cada vez irá realizando actividades que requieran de más precisión. Si podemos iniciarnos además en el cuidado de un pequeñito huerto en un espacio que tengamos en nuestro hogar ¡Fantástico! Pues la naturaleza, es un libro abierto. 

En esta etapa será fundamental por parte del adulto a cargo del cuidado del pequeño, utilizar palabras alentadoras como "puedes hacerlo", "mira todo lo que has logrado", "confía en ti", "puedes conseguirlo por ti mismo", "has trabajado mucho"... Y esta será nuestra hoja de ruta para cada una de las áreas.

En el caso del movimiento (que abarca la motricidad global y motricidad fina), nuestra "herramienta favorita" son los paseos temáticos en familia, y podemos acompañarlos de lupas, observadores de insectos, recoger hojas secas en un cesto para luego hacer diferentes manualidades acompañándonos de materiales naturales en casa, o también mesas sensoriales. Cuando hay tiempo, las opciones de juego son infinitas (al tiempo que estamos trabajando áreas de manera complementaria como el área sensorial y cognitiva, y también a través de experiencias enriquecedoras como esta, el área del lenguaje al entablar conversaciones con nuestros pequeños y pequeñas en torno a todo lo que estamos aprendiendo en familia).